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Recomendaciones para prolongar la vida útil de mi equipo médico

Recomendaciones para prolongar la vida útil de mi equipo médico

Adquirir un equipo médico es una inversión económica ya que es una herramienta de trabajo indispensable del día a día, tanto para el sector salud público como privado.

Sin embargo, todo equipo médico tiene una vida útil, la OMS lo define de la siguiente forma: “Indica el tiempo esperado (típicamente, expresado en años) durante el cual el equipo puede funcionar de forma segura y eficaz; puede usarse como dato para determinar cuándo debe ser sustituido, retirado o eliminado.”

De acuerdo a lo anterior, es importante tener en cuenta que existen factores y recomendaciones que influyen para prolongar la vida útil de un equipo médico.

A continuación se describen 5 puntos de suma importancia a tomar en cuenta:

1. Capacitación.

En el ámbito biomédico es muy común escuchar la frase, “yo no utilizo el equipo porque no lo sé usar” o, “estaba trabajando bien mi equipo, pero algo se movió y ya no funciona como antes”.

Sin ninguna intención de señalar a nadie, sino con la firme intención de ayudar, es necesario reconocer que esta es una realidad.

Tal como lo indica el documento de la OMS “Introducción al Programa de Mantenimiento de equipos médicos”, este “uso incorrecto” no debe ser confundido con “error del usuario”, ya que este último implica directamente al usuario.

El “uso incorrecto” está relacionado a varios factores que deben tomarse en cuenta al analizar los orígenes del mismo: el usuario, el paciente, el equipo, el entorno y otros factores que pueden obstaculizar el logro de un objetivo clínico.

El “error de usuario” es en general, más fácil de identificar; en cualquier caso, es muy importante la comunicación entre usuarios y técnicos para resolver los problemas que se pudiesen presentar. La capacitación constante hacia el personal usuario debe ser indispensable.

Cuando recién se adquiere un equipo idealmente se realiza la capacitación del mismo, no obstante, también es necesario realizar este proceso cuando hay rotación de personal en el área médica.

Sin olvidar también recurrir a esta herramienta en cada actualización de software, si bien hoy día, la tecnología avanza con gran rapidez nuestro adiestramiento también lo debe hacer.

2. Mantenimiento: preventivo y correctivo.

El estándar de oro para prolongar la vida útil de todo equipo médico sin duda son los mantenimientos, los cuales se clasifican principalmente en dos tipos: preventivos y correctivos.

El mantenimiento preventivo (MP) comprende todas las actividades que se realizan para prolongar la vida útil de un dispositivo y prevenir desperfectos (por ejemplo, calibración, reemplazo de piezas, lubricación, limpieza, etc.). Se retiran, limpian o reemplazan componentes.

El mantenimiento correctivo (MC) es el proceso para restaurar la integridad, la seguridad o el funcionamiento de un dispositivo después de una avería.

En conclusión, el cuidado y uso adecuado de los equipos, se relaciona a los programas de mantenimiento que deben estar adecuadamente planificados y gestionados, todo este conjunto de acciones conlleva a tener a equipos médicos fiables y disponibles cuando se los necesita, prolonga la vida útil y minimiza los costos de mantenimiento.

3. Condiciones ambientales del lugar de operación.

Al momento de realizar la instalación y puesta en marcha de todo equipo médico, es necesario contar con las condiciones ambientales recomendadas por el fabricante. Esto nos garantiza el correcto funcionamiento del equipo, además tiene gran relevancia al momento de determinar la aplicación de la garantía proporcionada por la empresa distribuidora.

Dentro de las condiciones ambientales a tomar en cuenta son:

• Temperatura,
• Humedad,
• Presión atmosférica,
• Instalación eléctrica,
• Radiación electromagnética,

Esta información viene incluida en los manuales de usuario y debe ser proporcionada junto con la entrega del equipo. La OMS reconoce que, las condiciones ambientales ideales para el funcionamiento de los Equipos Biomédicos no son posibles de obtener en países con presupuestos limitados o con infraestructuras inadecuadas. Sin embargo, recomienda verificar periódicamente la infraestructura de los servicios y no suponer que funcionan correctamente.

4. Limpieza y desinfección.

Un aspecto que normalmente no se atiende es la limpieza y desinfección del equipo médico.

Con la llegada del COVID-19, esto ha cambiado y se ha puesto especial atención en este punto.

La correcta limpieza y desinfección viene descrito en el manual del usuario. Se debe tomar en cuenta este proceso tanto para el equipo como para los accesorios. También se incluye los productos químicos de limpieza permitidos.

Es importante tomar en cuenta las recomendaciones indicadas por el fabricante para evitar daños en el equipo y por seguridad del paciente.

5. Revisiones rutinarias.

Las revisiones rutinarias nos permiten verificar el correcto funcionamiento del equipo en su uso diario. Tareas de verificación como: encendido del equipo sin que arroje ningún mensaje de error o alarma, comprobación de los mandos de activación como: botones, perillas, indicadores, desconexión física de cables o en su caso daños y/o golpes físicos.

Estas tareas son de gran ayuda para dar seguimiento con servicio técnico y solucionar la situación, evitando que las fallas se compliquen. En muchos de los equipos viene incluida una rutina de verificación más minuciosa, esto dependiendo de la complejidad del equipo médico.

Ing. Rosa María Toral Morales
Soporte de Ingeniería Biomédica Morelia